Tras un par de semanas sin publicar, volvemos con una nueva visitante de nuestra zona de fototrampeo. Esta vez colocamos la cámara en un lugar de paso de fauna silvestre, y parece que nos tocó el premio gordo.
Esta garduña olisqueaba nuestro rastro unos días después de dejar el equipo colocado. De manera breve y con paso constante nos deleitaba con su visita, la cual descubrimos al revisar el contenido de la tarjeta. Esta pequeña ocupa una gran extensión de terreno en Europa, ya que se adapta prácticamente a casi todo tipo de hábitats y no suele ser muy esquiva ante el territorio del hombre.
Se diferencia de la marta y el turón por su tamaño (entre 38-47 cm) y por tener el babero blanco. Además, tiene una gran oportunidad de alimento debido a su dieta a base de pequeños frutos, pequeños roedores, insectos, e incluso hasta pequeñas y medianas aves. Este carnívoro defiende muy bien su territorio, son solitarias y solo se ve con otros individuos en la época de celo, cuando se reproducen. Esto se da en verano, con la posibilidad de que haya un segundo celo en primavera. En esta época, el cuidado de las crías recae sobre todo en la hembra, mientras que el macho únicamente visitará la camada en dicho periodo de tiempo.
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