El rebeco o también conocido como sarrio en los pirineos, es el siguiente animal de la lista de este blog. Podemos encontrar dos subespecies en nuestro territorio peninsular, el rebeco cantábrico (Rupicapra pyrenaica parva) y el rebeco pirenaico (Rupicapra pyrenaica pyrenaica), diferenciándose principalmente por su localización y su tamaño (siendo más grandes los del pirineo).
Este bóvido con pelaje marrón oscuro durante el invierno y marrón anaranjado durante el verano (véase este ejemplo en las imágenes), se caracteriza por los cuernos rectos y ligeramente curvados hacia detrás que recuerdan a un gancho. Aunque siempre llama la atención en la lejanía por su cara blanca y manchas negras de los ojos.
Apenas hay dimorfismo sexual, ya que solo puede ser aparente por el tamaño y robustez de los cuernos, siendo mayor y más cerrados en los machos.
El rebeco está perfectamente adaptado a los terrenos abruptos por los que transita, viéndose en zonas de paredes de montañas y rocas muy escarpadas. Su alimentación se basa en pastos y ramoneo de plantas leñosas limitando los encuentros en según que zonas, ya que al ser un animal de alta montaña, como todos, durante el verano irán a las zonas más altas en busca de pastos frescos.
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