El antepasado de la oveja doméstica hace acto de presencia en nuestro blog para contar una breve historia acerca de estos bóvidos y su introducción en una zona muy concreta: el espacio natural protegido de la Sierra de La Muela, Cabo Tiñoso y Roldán. El muflón de Córcega se caracteriza, en los machos, por su cornamenta circular hacia atrás y sus manchas blancas a modo de silla de montar, que en este caso se aprecian muy levemente, ya que su pelaje se oscurece con la llegada del aumento de las temperaturas. Las hembras, sin cornamenta, son más pequeñas y de pelo más claro.
En esta imagen, se pueden apreciar machos de 2 a 5 años aproximadamente, y algún ejemplar de menos.
Proveniente de las islas de Córcega y Cerdeña, esta especie de bóvido fue introducida en nuestro país en los años 50, y se encuentra actualmente en expansión, ya que tiene una capacidad de adaptación muy alta.
Aunque hemos de reconocer que siempre es un gozo poder encontrarse con esta especie. Su porte, su capacidad de desplazarse por las zonas abruptas y sus grandes saltos, siempre nos dejan con una sensación de libertad que hace que nos preguntemos por qué hay que cazar a este animal tan bello y no pueda haber otra solución más equitativa.
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