La semana anterior hicimos una salida a tierras granadinas. Visitando la Puebla de Don Fadrique y los alrededores del imponente monte de La Sagra, pudimos disfrutar de un día que destacó por las nubes con pequeños indicios de lluvia y temperaturas de entre 4ºC y 7ºC.
A pesar de unas condiciones meteorológicas adversas que luego acabaron dejando pasar algunos rayos de sol, nada impidió disfrutar del paseo, pues haciendo una pequeña parada en La Puebla, salimos directos al punto de partida para visitar las secuoyas californianas de la finca de La Losa. Estos árboles con algo más de 150 años de vida fueron de los primeros ejemplares que se introdujeron en Europa. Su altura y diámetro de tronco impresionan tanto como su belleza.
Más tarde, volviendo por el mismo camino, decidimos visitar una pequeña aldea con el nombre de "Cortijos nuevos", que resaltaba por su encanto y tranquilidad. Todo esto disfrutando de aves como arrendajos, zorzales, jilgueros, pinzones... Un lugar precioso en el que tener una casita en la montaña. Emprendiendo de nuevo la ruta con una parada para repostar energías en el hotel Collados de la Sagra, visitamos dos de las áreas recreativas que existen por la zona.
Primeramente llegamos a lo que es el punto de partida de diversas rutas por La Sagra en su parte oriental. Este área recreativa debe su nombre a la ermita de las Santas.
Sus acequias con pequeñas caídas de agua contrastaban con la mezcla de colores del otoño, que daban un toque realmente acogedor. Disfrutamos de un espectáculo de paisajes, de visitantes como el trepador azul y de curiosos como la ardilla común. Aún así, lo que nos esperaba después era mucho más intenso.
La siguiente zona recreativa fue Puente Tablas, atravesada por el río Barbata camino a Huéscar e invadida por el color naranja amarronado de hojas caídas de los árboles caducifolios. Lugar que disfrutamos tranquilamente mientras comíamos.
Más tarde, decidimos emprender una caminata por la pista asfaltada que lleva a Huéscar con el fin de andar más en calma y observar mejor los pajarillos. Encontramos desde aves como mirlos capiblancos hasta árboles imponentes con cantidades ingentes de muérdago. Aunque lo que realmente nos llamó la atención estaba junto a la carretera: un tejón atropellado.
Quedándonos boquiabiertos al ver el tamaño de este animal, nos invadió una tremenda tristeza por la evidencia de que su destino estaba en la mano del hombre. Sin duda, creemos que crear conciencia es clave para evitar estos actos involuntarios, pero estas pistas que atraviesan según que zonas, evidencian una grave fragmentación del hábitat. Aunque lo que sobre todo nos llamó la atención, fue que a unos pocos kilómetros del escenario se daban trabajos forestales, siendo zona habitual de paso de camiones que seguramente fueron protagonistas del accidente.
Esto nos dejó un mal sabor de boca, pero decidimos compartirlo en esta entrada para que, de alguna manera, pueda llegar a quien no tenga en cuenta el valor de estos rincones de vida.
Aún con este final amargo, la jornada acabó con una última parada en la Puebla de Don Fadrique para despedirnos del maravilloso día.
Aquí os dejamos una breve lista de lo que vimos:
Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Cuervo (Corvus corax)
Arrendajo (Garrulus glandarius)
Urraca (Pica pica)
Zorzal charlo (Turdus philomelos)
Zorzal común (Turdus viscivorus)
Mirlo capiblanco (Turdus torquatus)
Pinzón vulgar (Fringilia coelebs)
Petirrojo (Erithacus rubecula)
Colirrojo (Phoenicurus ochruros)
Jilguero (Carduelis carduelis)
Carbonero garrapinos (Periparus ater)
Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)
Lavandera boyera (Motacilla flava)
Trepador azul (Sitta europaea)
Mito (Aegithalos caudatus)
Ardilla (Sciurus vulgaris)
Gracias por compartir esta experiencia. Es un duro golpe ver animales muertos ni por vejez ni por caza por sus naturales depredadores. Deseo que podáis abrir mentes, espíritus y corazones. Un abrazo.
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